El pasado 13 de mayo del 2011, se inaugurá la muestra de la obra fotográfica de este clásico de la fotografía cusqueña injustamente postergado. La Alianza Francesa del Cusco presidida por Roberto Latorre, con la presencia del Consul honorario de Francia Dr. Jorge Escobar y las hijas del homenajeado señoras Carmen y su hermana menor, aperturó la exposición con una elegante y sobria ceremonia.
El escritor Luis Cisneros Barrios, nos hizo llegar desde la Argentina esta reseña biográfica de su señor padre la misma que ponemos a la consideración del lector. Tratándose de uno de los fotógrafos cusqueños más prolíficos y de un artista pintor que plasmó en centenares de cuadros la imagen del Cusco antes del terremoto del 50, creemos que es de justica rescatarlo del olvido y rendirle justo homenaje. (Julio A. Gutiérrez Samanez, Editor).
Daniel Cisneros nació el 22 de abril de 1901, en Sicuani, capital de la provincia de Canchis y perteneciente al departamento del Cusco. Ya adolescente, fue estudiante secundario en el colegio Nacional Ciencias, del Cusco, no terminó sus estudios por razones económicas.
Buscando un mejor porvenir viajó a la ciudad de Arequipa, allí consiguió trabajo con el prestigioso fotógrafo Vargas, de él, aprendió todo lo que pudo de la técnica fotográfica, luego, con esos conocimientos, se traslado a La Paz, Bolivia y siempre en fotografía, trabajó y aprendió algo más con un fotógrafo alemán llamado Kablin cuyo estudio fotográfico era el más importante de Bolivia. Después de algunos años volvió a su país. En Lima, trabajó como fotógrafo reportero durante muchos años. Ésta técnica fue la que perduró en sus fotos. No hacía posar a los personajes, sino que los sorprendía en sus actividades diarias. Es la mayor y más notoria diferencia con las fotos de sus colegas.
Luego de casarse, se instaló en el Cusco, en una modesta vivienda. Allí nacieron sus hijos.
Lector fanático y preocupado por el acontecer mundial, en un determinado momento, contemplando lo que ocurría en España y de cómo había sido la cobarde intervención de Alemania. Pensando que se avecinaba la segunda guerra mundial, vendió algunas propiedades de la esposa y solicitó préstamos a los bancos que, por suerte, se los otorgaron. Con ese dinero compró todo el material fotográfico que pudo. Hay que recordar que Alemania era el único proveedor de material fotográfico en el mundo. Pensó que de producirse la guerra, los fotógrafos no tendrían material ni trabajo Efectivamente, así ocurrió. Iniciada la guerra, Alemania cortó todo envío hacia América, desaparecieron rollos, máquinas, papeles y negativos.
La casa de Cisneros era un depósito de material indispensable para los fotógrafos.
La vida en América Latina, durante la segunda guerra mundial, no afectó en nada su actividad, seguían los matrimonios, las fiestas, los nacimientos y la gente quería tener recuerdos. Cisneros se enriqueció, pero no dejó olvidados a sus colegas, como no se sabía cuánto duraría la guerra, dosificó las ventas. Durante todo el tiempo que duró la guerra el único que documentó lo que acontecía en el Cusco fue Daniel Cisneros.
Entre las actividades que monopolizó, están las fotos de documento a miles de soldados de la zona, el inventario de todos los cuadros de la escuela cusqueña existentes en los templos y monasterios. Acompañando a los arqueólogos, por cuenta del gobierno, viajó a las nuevas ruinas incaicas conocidas en la actualidad como camino inca. Todos estos trabajos los hizo, por ser el único que tenía material para hacerlo. Para evitar que se vencieran los negativos, recorrió el departamento del Cusco, documentando la vida de los campesinos.
Reunió 9000 fotos, pero en un altercado que tuvo con gente del gobierno y que no quería reconocerle algunos gastos, arrojó todos los negativos al patio de una de las nuevas casas y le prendió fuego. La esposa al ver este desastre corrió con las hijas y consiguieron apagar el incendió. Aparentemente se quemaron 5000 negativos, el resto se repartió entre los herederos.
Daniel Cisneros, por el año 1940, dejó la casa que alquilaba en la Avenida Sol y compró una propiedad frente a su anterior vivienda. Allí hizo construir una enorme casa para viviendas y con numerosos locales para alquiler. En la parte principal instaló su fotografía. Mucha gente pensó que tal bonanza, obedecía al haber encontrado un tesoro incaico, cuyo uso era reprimido por la ley.
Después del terremoto que azoló la ciudad del Cusco en 1950, la Corte Suprema de Justicia decidió edificar un nuevo palacio. En ese entonces, un miembro de la Corte Suprema de apellido Vega, concurrió al negocio de Cisneros y le comunicó ser el encargado de elegir el lugar para la nueva sede de los tribunales y que por 10,000 soles elegiría otro lugar distinto al de la casa de Cisneros.
Cisneros, cuando reportero en Lima, había conocido, fotografiado e intimado en alguna forma con el escritor y sociólogo José Carlos Mariátegui, quien lo orientó con respecto a los males del pueblo peruano, posiblemente por esa causa, el representante de los tribunales tuvo que irse avergonzado, pero la expropiación se cumplió.
La propiedad debía ser demolida y por una diferencia con ventanas y puertas, apresaron a Cisneros y lo tuvieron en la cárcel por 15 días. Posiblemente este fue el motivo por el que dolorido y humillado quemó 5000 negativos de la historia del Cusco.
Una vez que Cisneros perdió su lugar de trabajo, se refugió en una propiedad en el campo, en el valle sagrado de los incas, más propiamente la localidad de Calca. Allí comenzó a pintar al óleo, así llegó a realizar 350 cuadros que expuso en varias oportunidades en la ciudad que lo había expulsado. Hasta el momento de su muerte sufrió la injusticia de haber padecido una expropiación y la cárcel por no aceptar un acto de corrupción.
(El autor de esta biografía es el escritor cusqueño radicado en Argentina: Luis Cisneros Barrios)
http://cusquenos-ilustres.blogspot.com/2011/03/daniel-cisneros-caceres-fotografo-y.html